domingo, 22 de febrero de 2015

Oído y Audición

Escúchame bien…


    El oído consta de tres partes:
  • Oído externo: está constituido por el pabellón auditivo u oreja, el conducto auditivo externo y el tímpano. Las ondas sonoras son recogidas por el pabellón que las conduce a través del conducto auditivo hacia la membrana del tímpano.
  • Oído medio: limita con el oído externo por el tímpano. Ligados al tímpano aparecen tres huesecillos: martillo, yunque y estribo. La cabeza del martillo se apoya sobre el tímpano y transmite vibraciones a través del yunque al estribo. Éste último se apoya en una de las dos membranas que cierran la cóclea, la ventana oval.
  • Oído interno: es una cavidad hermética cuyo interior está lleno de un líquido denominado linfa. Consta de tres elementos: los canales semicirculares, el vestíbulo y la cóclea. Los canales semicirculares no tienen relación directa con la audición, tienen que ver con el equilibrio. Las vibraciones de la ventana oval del vestíbulo son transformadas en la cóclea. Las señales de la cóclea son codificadas y transformadas en impulsos electroquímicos que se propagan por el nervio acústico hasta llegar al cerebro.


Funcionamiento de la Audición:

     El sonido se canaliza en el conducto auditivo y provoca la vibración del tímpano. Las vibraciones del sonido se desplazan por la cadena de huesecillos hasta la cóclea y hacen que el fluido que hay en ella se mueva. El movimiento de este fluido hace que las células ciliadas se inclinen. Éstas producen señales neurales que son captadas por el nervio auditivo. Las células ciliadas de un extremo de la cóclea envían información de los sonidos graves, y las células ciliadas del otro extremo envían información de los sonidos agudos. El nervio auditivo envía las señales al cerebro, donde se interpretan como sonidos.


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